Nuestros deseos manifiestan el nivel de nuestra conciencia
¿Qué es malo?
Algo malo es algo diferente de lo que quiero.
¿Quien se pone a decidir qué es lo malo?
Jerry y Esther vieron a una pajarita poner sus huevos en el nido, y, a continuación, el gato de la vecina se comió el Pajarito. Esther dijo:»gato malo!» y el gato dijo: «¡Ave buena!»
Abraham
En este sencillo ejemplo, podemos encontrar mayor entendimiento de lo que determina que algo sea malo o bueno. Lo determina la semejanza o correspondencia con lo que uno desea, es decir, si se corresponde entonces es bueno, pero si no se corresponde entonces es malo. Se nos muestra la actitud de dos seres de diferente naturaleza, más allá de lo visible, de que claramente uno es un animal y otro es un humano, también existe la naturaleza moral, en el caso del gato éste expone o representa a un ser, no necesariamente animal, también podemos ver reflejado en él a un ser humano con características morales primitivas, con las cuales se desenvuelve en el mundo buscando satisfacer sus propias necesidades sin tener precaución de cuidar el bien de otros seres, en lo que respecta a Esther vemos el reflejo de una persona que busca actuar en base a principios que buscan el bien para todos, donde existe un beneficio común. Por ello que la actitud del gato resulta nefasta para una conciencia del tipo de Esther, no quería que el gato se comiera al pajarito y al ver que el gato realizó este acto (porque es un instinto animal) lo interpretó como malo. Sin embargo, a pesar de ello, el gato declara de la misma forma que Esther, que el ave era buena. Desde posturas distintas podemos entender por qué razón un mismo acto fué bueno y malo a la vez, el desencadenante fué la semejanza con el deseo de cada uno de los implicados, pero no acaba ahí, porque la naturaleza o la razón de ser de nuestros deseos estará regida por la naturaleza de nuestra conciencia.
Ocupémonos de observar la naturaleza de nuestra propia Conciencia porque solo así elegiremos las cosas buenas, ya que de forma inconsciente estaremos obteniendo resultados que muy probablemente no se asemejan a nuestros deseos verdaderos y únicos.
Nuestra capacidad para decidir resulta de nuestra capacidad para Ver
Pero no afuera, sino ver adentro de nosotros mismos.