Ernesto me atrevo a escribirte pues estoy pasando por momentos dificiles para mi , pues no se hasta donde deba apoyar a mi hijo. El tiene 31 años, casado, con un hijo, su matrimonio nunca ha ido bien.Acompaña tu lectura con música
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Antes que nada muchas Gracias por confiarnos tu caso. Es para mi un honor y un gusto poder ayudarte 🙂
En una ocasión asistí a terapia porque me sentía muy afligido de estar viendo engordar a mi hijo por comer tanta comida chatarra. Por más que yo trataba de cambiar sus hábitos alimenticios, el seguía comiendo más y más mientras yo me seguía resistiendo (enojadome y frustrando) por no poder cambiar a mi hijo.
El Terapeuta Francisco de Santiago con quien hice el Audio Curso de Escuela para Padres y el Taller de «Al Sanar Yo Sanan Todos» lo primero que me pidió fue que escribiera lo siguiente:
¿Que me hacía creer que yo era el indicado para hacer cambiar a mi hijo?
Yo escribí frases tales como:
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Porque yo soy más sabio que él
Porque yo tengo más experiencia
Porque no quiero que enferme
Porque soy su Padre y es mi responsabilidad ver por su bien
Y cosas similares…
Lo que me pidió luego fue que escribiera en una cartulina una LINEA DE VIDA. Y con esto me refiero a una raya horizontal y en ella puse varias marcas que representaban las distintas etapas de mi vida.
Lo primero que escribí fue el evento más bello que podía recordar y me haya sucedido alrededor de los 5 años de edad.
Después me pidió que escribiera debajo de ese grato recuerdo: «EL EVENTO MÁS DIFÍCIL QUE ME SUCEDIÓ ALREDEDOR DE LOS 5 AÑOS»
Lo mismo me pidió realizar con mis 15, 25, 35 y edad actual.
Lo que hizo después fue colocar dicha cartulina en la pared y me dijo:
Ahí tienes tu vida… Ahora dime:
¿Cuales de esos eventos te han permitido crecer como persona?
¿Cuales de esas experiencias son las que más valoras?
Fue ahí cuando me di cuenta de que ERAN LOS EVENTOS «DIFÍCILES» los que me habían formado!!!
Lo que me dijo Francisco después fue:
Entonces… ¿Quien eres tú para negarle a tu hijo la posibilidad de vivir sus propias experiencias?
En ese preciso momento bajé la guardia y comencé a llorar pues me cayó el veinte, que digo veinte, ME CAYÓ EL CENTENARIO!!!
¿Quién era yo para negarle a mi hijo la posibilidad de EXPERIMENTAR TODO LO QUE ÉL DECIDA EXPERIMENTAR!!!
Lo que hizo después Francisco fue escribir en otra cartulina CON LETRAS MUY GRANDES:
«Mirar hacia afuera, antes de haber sanado yo primero es evadir la responsabilidad de hacerme cargo de mi mismo»
Y ahora te pregunto a ti: