La amabilidad, no crea tensiones ni enrarece el ambiente.
El respeto, es la clave para no invadir la personalidad de otro.
La generosidad, llama a la solidaridad, tan importante en la vida para la justicia y compartir la vida y los bienes.
El amor es la savia de la vida, lo tiene todo…Ama, aunque te dejes la vida en ello.
El egoísmo, infecta la buena convivencia. Pero, carecer absolutamente de él, es campo trillado y abonado para los aprovechados.
La agresividad, es el punto más negativo que puede tener un ser humano. Destruye a uno mismo y a donde se lanza.
La voluntariedad, es la buena disposición para que todo funcione y se siga adelante.
La sensatez, equilibra muchas decisiones, para no errar tanto en la vida.
La responsabilidad, es la toma de conciencia para todo lo que hagas en cualquier momento, eso, es fundamental y tiene mucho peso para ti y cuantos te rodean.
Es muy loable, buscar la perfección, pero, ¿donde está el límite de lo perfecto? Lo más razonable es que seas tu mismo, con tus debilidades, tus imperfecciones, con tus virtudes, con tus bondades, ser tu mismo, alcanzar la imagen con la que fuiste creado, con la que Dios quiso que tu fueses único, tal y como te creó.
Maricarmen Casares