Identifica tu falta de Valia Personal si portas el Sindrome del Estomago Vacio

Reconoce tu necesidad de Sanarte antes de desarrollar tu Síndrome del Estómago Vacío

 

Los expertos en finanzas personales, sugieren nunca ir al súper mercado con hambre; según esto; al ir cruzando los pasillos de abarrotes, aquello que ves, por el hambre que traes te da la percepción de que necesitas comprarlo.
Es una combinación psicosomática al ver productos frente a ti; el hambre que tienes enmarca tu percepción para ver aquello como sabroso y necesario para ti.
Por lo cual terminas llenando tu carrito de las compras con cantidad de productos que la mayoría de las veces no son necesarios.
Terminas de hacer tus compras, entonces sales y buscas donde comer; tu mandado va en las bolsas. Encuentras donde comer, y satisfaces tu hambre, y entonces, vas a casa.
Cuando vas sacando cantidad de cosas, y quieres meterla a la alacena; es cuando tomas conciencia de que hay productos, que no debiste haber comprado. Encuentras de hecho, productos de tu compra anterior, con fecha de caducidad vencida.
He llamado a un fenómeno similar en la vida emocional de las personas, el “síndrome del estómago vacío”.
Muchos hombres y mujeres van por la vida, con el síndrome del corazón vacío, y (como decía el abuelo) para acabarla de fregar, sin lista que es, sin proyecto de vida claro. Entonces por el hambre emocional, terminan poniendo en el “carrito” personas y acontecimientos que no necesitan.
Vamos avanzando, con ese “carrito” que es el corazón y la vida, a veces vacío y entonces introducimos en él personas, cursos, viajes, emociones, experiencias, compras, artículos, tipos de trabajo, etc. Muchas veces atraídos por los espejismos y fantasías que nos produce la mercadotécnica y los consejos caseros de la amiga o el amigo que están en la misma crisis que nosotros.
Nos relacionamos con personas, que lejos de ayudarnos a ser mejor, nos deterioran y lastiman la vida; pero fuimos atraídos por esa sensación que nos da el hecho de ver a la otra persona como algo que me hace falta.
Me ha tocado observar cómo algunas personas, entregan casi la vida, por algún personaje famoso, por algún político, por alguien que ha sobresalido un poco; con la esperanza de que esa relación; va a desaparecer todas las dudas, temores y ansiedades internas, que no hemos resuelto nosotros mismos.
Cantidad de universitarios terminan su carrera y prosiguen con una serie de cursos, diplomados, maestrías, supuestamente para ser más expertos en el tema. Pero si analizamos con calma y de fondo, en la mayoría de los casos, hay mucho temor a enfrentar la realidad y salir a emprender algún negocio o buscar un empleo. Prefieren entonces, refugiarse en la fantasía de que serán expertos en algo y entonces serán contratados.
Así vemos gente por la vida tomando cursos, comprando cosas, viajando, haciendo amistad por redes sociales, metiéndose a grupos de meditación, a veces formando nuevos grupos religiosos (grupos religiosos que más bien parecen dinámica de catarsis emocionales), en una búsqueda desesperada por “llenar el carrito”.
Así pasa en todas las realidades; y lamentablemente es mucho muy común, subir al “carrito de la vida” a personas muy a la ligera.
Y cuando llegas a la cama, o deseas un hijo, y ves a la persona que tienes frente a ti; te preguntas: caray que estaba pensando cuando puse en el carrito de mi vida, a este personaje o, este acontecimiento… pero bueno ya lo eché, entonces permanece ahí en la alacena de tu vida, ocupando un espacio que no le pertenece.
Compartía este tema, en una Conferencia para mujeres organizado por el DIF en un Municipio del bello estado de Michoacán, cuando me dice una guapa señora: “Mira Ramón, ciertamente es algo que no me gusta, pero de menos me quita el hambre…” y soltamos ambos, una carcajada.
¡Cuántas cosas y personas, metemos a nuestra vida y en cuántos asuntos nos involucramos, que luego, solo nos lastiman o nos hacen perder el tiempo; únicamente por no tener un proyecto claro y definido!

 

Ramón Chávez Lara
Twitter: @RamonChavezL

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