¡¡¡Para!!! , Ve este Video
Desde el momento que comprendí que mi propia vida no me pertenecía es cuando empecé a comprender la importancia de sentir un estado de gracia interior que me llenaba más de vida porque me sentía más unido con todo lo que veía a mi paso, con los lugares de la naturaleza que visitaba, con las personas que he conocido durante todo el tiempo que llevo de vida.
Resulta que cuando vivimos circunstancias que nos enfrentan con nuestra propia muerte nos aferramos más a seguir viviendo con la razón de que tenemos mucho qué dar aún, que ha sido muy poco lo que hemos vivido, que hay personas que nos necesitan, o que aún tenemos mucho qué aprender de nosotros mismos y de los demás. Lo curioso es que cuando sentimos que ya no estamos en peligro llegamos a olvidar esa situación que nos hizo llorar de impotencia, nos dejamos envolver por el pesismismo generado en las situaciones mundanas que vivimos a diario, dándole la importancia que no merece, pues lo realmente importante es trabajar a tal
grado que cuando se acerque definitavamente el día de nuestro final aparente podamos bendecir la vida, como en alguno de sus libros escribió la doctora Elizabeth Kubler Ross, tenemos tanto qué aprender que preocuparse es una absoluta pérdida de tiempo. Nos llegamos a preocupar por infinidad de cosas y lo único que nos genera es una pérdida de tiempo pues ese tiempo que utilizamos en estar preocupados no lo aprovechamos en las actividades que previamente nos planteamos realizar, es hora de aprender a ponerle fin al tiempo que perdemos antes de verdaderamente ocuparnos en lo que realmente deseamos desde el corazón.
Tanta pérdida de tiempo nos ha generado una gran consecuencia, la cual vemos reflejada en la contaminación del planeta tierra. Este planeta no lo conocemos del todo, tan así que no somos capaces de ver o hasta de reconocer el daño que le hemos causado. Así como todo lo que existe tiene una energía, pues si no lo sabes es importante que reconozcas todo lo que existe en términos de energía. Precisamente es que este planeta que hoy nos acuna es portador de una energía,
imagina tu cuerpo que es la Tierra pues la similitud que comparten es que son portadores, son los que envuelven y son los que unen, en nuestro caso como cuerpos físicos somos portadores, envolvemos y mantenemos unidas a las células de todos los diferentes órganos y en el caso de la Tierra éste es portadora de millones de seres humanos que comparten su existencia con otras especies y lugares que forman una gran diversidad y riqueza de ambientes naturales simplemente que hacen posible nuestra vida, y ya es tiempo que hagamos lo que sea necesario para mantener saludable nuestro propio ambiente que nos fué dado para nuestro uso y por supuesto para que lo cuidemos tanto como cuidemos nuestra propia vida.
Así como alguna vez hemos sentido que nuestra vida en particular ha sido puesta en peligro, de esa misma manera tenemos que entender que el Planeta Tierra se siente ahora mismo, pues ha llegado un extremo de malos tratos a nuestro ambiente que en pocas palabras es un daño directo a la Tierra pues ella es quien lo sostiene de la misma manera que te sostiene y me sostiene. No tenemos qué esperar que venga una catarsis para comprender el daño que hemos causado es mejor contribuir desde ¡¡¡ya!!! para evitar más estragos y manifestar el sincero y real agradecimiento por todo lo que nos ha dado. Así como hemos recibido una oportunidad de seguir viviendo de esa misma manera ofrezcamos una esperanza de vida a la Tierra con nuestras acciones basadas en la conciencia.