Maestros duros – Persona, situacion y experiencia que nos enfrenta al dolor

Permítete conectar con tu Poder para Sanarte a través de tu Amor por tu propia Persona. Superación Personal.

 

 
La primera vez que se acercó a mí…yo tenía 4 años y él no mucho más de 20.
Le habían forzado a casarse con mi hermana S..cuando ella tenía apenas 16. Eran las reglas de la sociedad por entonces. Cuando fueron desalojados de su precario hogar, con el bebé ya nacido, se mudaron al mío….y desde allí se las ingenió,  ocultó de todos, para incluirnos a mí y a mi hermana M… dos años mayor que yo, en sus juegos sexuales.
Desde ese momento y por varios años, tomé mi sitio debajo de una mesa, donde pensaba tontamente que estaba fuera de su alcance, y me hundí en el silencio y el temor. Fue mi primer maestro del dolor.
Terminó con sus juegos de abuso cuando mi madre, el ser que más me comprendía y amaba, partió a otro plano por una mala praxis médica.  A mis seis años, la convertí en el segundo maestro de dolor… pues no comprendía como se había marchado, dejándome allí… Pero algo de bueno tuvo la llegada del tercer maestro… mi abuela materna… ya que al tomar a cargo las riendas de la casa, aunque me convirtió en su sirviente, logró que mi primer maestro alquilara una casa en los suburbios y se marchara con mi hermana y sus hijos.
Por lo menos, pude salir de debajo de la mesa… y ni modo de no hacerlo con un sargento tan implacable como mi abuela.
La segunda vez en que nuestros caminos se cruzaron… él era un hombre adulto en edad, ya separado de mi hermana. Yo acababa de arribar a la empresa en la que trabajaría por 11 años cuando me encontré que uno de los encargados de personal era él.
Se acercó a la oficina en la que yo liquidaba los sueldos de todos, y con su gorra en la mano me dijo: “Hasta que cobres tu primer sueldo, saca de mi sobre el que te haga falta”. No lo hice… más pensé en mis hermanos… con una sólida posición económica, que nunca se acercaron  a hacerme ese ofrecimiento… y me conmovió.
Jamás  pude odiarle. Máxime cuando supe lo que en su infancia había soportado. Lamentablemente… la infancia es la cadena que lleva a muchos a infringir al otro las heridas no sanadas… a traspasárselas,  para que no duelan tanto. Su vida seguía siendo desordenada, furiosa y sexualmente enferma. Duró un  tiempo en la empresa y desapareció físicamente de mi horizonte.
Hace unos diez años… cuando venciendo el temor y no accediendo a meterme ya bajo ninguna mesa…vivía con mi hijo en Córdoba… su resoplido apareció de nuevo.
Me había retirado a dormir. En el sueño…veía un toro rojo, furioso, al costado de un camino. (El toro simboliza la fuerza sexual)… Yo pasaba por el camino y sentí temor de que me atacara. En ese momento aparecía mi hermana M… y me decía…”No temas más…mira…está atado”. Percibí una gruesa cadena aferrando una de sus patas, que impedía que me alcanzara….Y desperté…
Desperté con el sonido del teléfono.
¿Quién podría ser a las 2 de la madrugada?…Volé hasta el teléfono.
Era mi hermana S. No me llamaba salvo en las fechas tradicionales… dos o tres veces al año.
Solo me dijo: – … Hace unas horas me avisaron que A… murió.
¿Porqué me llamaste a mí y a ésta hora?
Me había acostado, pero no podía dormir, sentí nada más que tenía que llamarte para decírtelo…y colgó.
Mi Angel Solar ya me lo había mostrado.  Él ya no podía alcanzarme.
Nunca le odié… al contrario… amaba al niño abusado que cargaba con él, que le impedía no aplastar las flores con sus patas de toro embravecido,  que por su dolor se habían fortalecido.
Murió en un instituto psiquiátrico, debajo de una «mesa»  llamada demencia.
En ese entonces… sentí Amor y liberación… no de mi dolor… sino del suyo.
En silencio… solté con una irradiación inmensa de Amor su cadena y volví a la cama.
Cada vez que su recuerdo llama a mi corazón… solo le envío amor, compasión…y le abro la puerta de la redención…y junto con él a todos los que aplastan flores a su paso, pues nadie seguramente les ha hecho sentir la fragancia del amor… que los podría liberar.
Él me enseñó un arte muy raro… cuando escucho al pasar una noticia sobre un hecho aberrante… mientras todos envían amor a la víctima…yo envío amor al alma atormentada de quien fue el aparente victimario… pues en realidad es quien más amor necesita para liberarse de las cadenas de dolor que le han hecho olvidar QUIEN ES.
Quisiera contagiarles con el mismo arte e intención… tanto para los maestros del dolor que les han hecho daño a ustedes… como para todos los demás que desde su propio dolor lo infligen.
Somos Todos aprendices… Suelten cuanta cadena puedan, con su perdón, su Amor incondicional…y su ausencia de juicio.
Con cada pensamiento e intención que envíen a ese Ser… pueden equilibrar el karma de ustedes…y seguramente cambiar el rumbo de quien nunca ha tenido cerca quien se anime a soltar su cadena.
LES AMO POR INTENTAR CADA DÍA FLORECER EN AMOR!!!
Su Hermana Tahíta
 

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