Un labrador oyó un ruido bajo la rueda del rastrillo de su arado.
Miró con curiosidad y descubrió desenterrado un cofre lleno de
monedas de oro.
¡Qué suerte! Lo tomó y lo enterró profundamente en su jardín.
«¿Qué hacer con eso?» se preguntó. Se imaginó todo lo que podría
comprar y decidió…
cualquier cosa, finalmente para resolverse.
Este cofre lleno de monedas de oro sería su seguridad
en caso de una dura temporada.
Y tal seguridad cambió su carácter: de precavido
llegó a ser relajado,
de gruñón pasó a ser agradable y eliminó su intolerancia,
de hecho, vislumbró una vida hermosa y feliz,
sabiendo que aunque llegaran tiempos duros,
podría hacerles frente.
Sus últimas horas llegaron y antes de morir,
reunió a sus hijos y les reveló su secreto.
Murió instantes después.
El día siguiente, sus hijos cavaron en el lugar indicado,
encontraron el cofre,
pero ¡qué sorpresa, estaba VACÍO! Pues las monedas habían sido
robadas al labrador
desde hace más de 10 años.
¿Qué es entonces lo interesante de esta historia? Es ver que no es
el hecho de ser
rico lo que le dio seguridad y felicidad, sino la IDEA de que tal
riqueza y felicidad
existían. No es el hecho en sí mismo sino su interpretación.
Ernesto, Cuando tengas una idea que y te sientas mal
piensa en esta historia.
¿Es realmente el hecho en sí mismo el que lo hacer ser malo, o el
poder que tu le otorgas a esos pensamientos?.
Esta historia te dará otras lecciones, pero sobre todo
la recordarte ese poder que tienes en cada momento de
cambiar tus pensamientos de negativos a positivos.